El estrés extremo es un estado de tensión o presión intensa que puede afectar negativamente tu salud física y mental. Es una respuesta de tu organismo cuando percibe situaciones amenazantes, desafiantes o abrumadoras, que hasta te hacen pensar que no podrás enfrentarlas . 

Cuando experimentas estrés extremo, tu cuerpo libera hormonas del estrés, como el cortisol y la adrenalina, que desencadenan una serie de respuestas fisiológicas las cuales iremos explicando, pues no resultan para nada agradables. 

Por cierto, tenemos un artículo muy interesante sobre estas dos hormonas que puedes leer para ampliar tu conocimiento de lo que te está pasando.

Lo más importante que debes saber sobre el estrés

  • El estrés puede afectar tanto tu bienestar físico como mental.
  • Hay grandes posibilidades de que pueda contribuir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, trastornos metabólicos y problemas de salud mental.
  • Puede influir en tus relaciones personales, ya que puedes tener dificultades para manejar tus emociones y comunicarte de manera poco efectiva.

Causas del estrés

El estrés diario puede tener múltiples causas y varía de persona a persona. Algunas de las causas comunes incluyen:

Responsabilidades laborales:

Las demandas y presiones en el trabajo, como plazos ajustados, exceso de trabajo, falta de control sobre las tareas, relaciones laborales conflictivas o el miedo a perder el empleo, pueden generar estrés diario. En fin, el trabajo te puede estar matando silenciosamente, ojo con eso, puedes estar cayendo en el Burnout. 

Problemas financieros:

Las dificultades económicas, como la falta de ingresos suficientes, las deudas o los gastos imprevistos, pueden generar una gran cantidad de estrés en la vida diaria. Toma esta situación con más calma, no puedes dejar que te consuma algo que es tan común como el dinero.

Relaciones interpersonales:

Las relaciones conflictivas o problemáticas con la pareja, la familia, los amigos o los compañeros de trabajo pueden generar estrés diario; incluso, la falta de apoyo social también puede contribuir al estrés. Esto puede ser un gran problema, pero tiene solución, evalúa qué está pasando para tratar de encontrar una alternativa; ahora, si necesitas una orientación, recuerda que nuestros especialistas te pueden ayudar.

Cambios y eventos traumáticos:

Los eventos estresantes, como la pérdida de un ser querido, el divorcio, la mudanza, los blemas de salud, accidentes o desastres naturales, pueden generar una respuesta de estrés significativa.

Sobrecarga de tareas:

Sentirse abrumado por múltiples responsabilidades y tareas, tanto en el trabajo como en la vida personal, puede generar estrés diario. En AFECTUS sabemos que esto es muchas veces difícil de gestionar, pero el día tiene 24 horas y si sabes cómo ajustar tus tiempos a cada tarea puedes llegar a disfrutar cada actividad y momento; por ello, te ayudamos en esta gestión.

Estilo de vida poco saludable:

La falta de sueño adecuado, una mala alimentación, la falta de ejercicio físico y el consumo excesivo de cafeína, alcohol o tabaco pueden contribuir al estrés diario. Esta es una de las partes más complicadas que debes gestionar, es importante que comas mucho mejor, pues la ingesta de frutas y verduras mejora significativamente tu estado de ánimo, al igual que apoyarte en el ejercicio diario. En este artículo que te dejamos a continuación podrás encontrar muchas ideas para mejorar esta parte de tu vida.

Expectativas y perfeccionismo:

Sentirte constantemente presionado por cumplir con altas expectativas, ya sea impuestas por ti mismo o por otros, puede generar estrés diario. Recuerda NO SOMOS PERFECTOS date la oportunidad de cometer errores y así aprenderás de ellos y mejorarás.

Tecnología y sobrecarga de información:

El uso excesivo de dispositivos electrónicos, la constante conexión a redes sociales y la sobrecarga de información pueden contribuir al estrés diario y generar una sensación de agobio e interrupción constante. Tomar tu teléfono y Apágalo, desintoxícate de la tecnología por lo menos 30 minutos diarios; fíjate que la Universidad de Pensilvania encontró, en un estudio, que reducir a media hora diaria el uso del móvil puede reducir drásticamente la ansiedad, el estrés y la depresión. 

Síntomas del estrés

Los síntomas del estrés pueden variar de una persona a otra, pero aquí hay algunos comunes que pueden indicar que estás experimentando estrés:

Síntomas físicos:

  • Dolores de cabeza
  • Tensión muscular
  • Problemas digestivos, como dolor de estómago, náuseas o diarrea
  • Fatiga y falta de energía
  • Problemas para dormir, como insomnio, dificultad para conciliar el sueño o despertarse constantemente
  • Cambios en el apetito causando pérdida o aumento de peso
  • Palpitaciones o aumento de la frecuencia cardíaca.
  • Sudoración excesiva o manos y pies fríos.
  • Rigidez en la mandíbula y el cuello
  • Desgaste a nivel celular y envejecimiento
  • Sarpullido en el cuerpo y dermatitis

Síntomas emocionales y mentales:

  • Irritabilidad y cambios de humor
  • Ansiedad o sensación de nerviosismo constante
  • Sentimientos de tristeza o depresión
  • Dificultad para concentrarse o tomar decisiones
  • Falta de motivación o interés en las actividades cotidianas
  • Sensación de estar abrumado o incapaz de controlar las situaciones
  • Pérdida de interés en actividades que antes resultaban placenteras
  • Problemas de memoria o dificultad para recordar cosas y concentrarse

Síntomas conductuales:

  • Aumento de hábitos poco saludables, como fumar, beber alcohol o consumir drogas
  • Aislamiento social y dificultad para relacionarse con los demás
  • Cambios en los patrones de alimentación, sueño o trabajo
  • Dificultad para cumplir con las responsabilidades diarias
  • Inquietud o nerviosismo excesivo
  • Procrastinación o dificultad para cumplir con las responsabilidades.
  • Problemas a nivel sexual, en apetito, deseo y desempeño

Tipos de estres

Existen diferentes tipos de estrés psicológico que pueden afectar a las personas de diversas maneras. Aquí hay algunos tipos comunes:

Estrés agudo:

Es una forma de estrés a corto plazo que surge como respuesta a un evento o situación específica. Puede ser causado por eventos estresantes repentinos, como un accidente, una discusión intensa o una fecha límite inminente.

Estrés crónico:

Es una forma de estrés prolongado y continuo que puede persistir durante semanas, meses o incluso años. Puede deberse a situaciones persistentes, como problemas en el trabajo, conflictos familiares, problemas financieros o una enfermedad crónica.

Estrés postraumático:

Ocurre después de haber experimentado o presenciado un evento traumático, como un desastre natural, un accidente grave, un abuso físico o emocional, o una experiencia de combate. Este puede tener un impacto significativo en la salud mental y emocional de una persona.

Estrés laboral:

Es el estrés relacionado con el entorno laboral. Puede ser causado por una carga de trabajo excesiva, plazos ajustados, demandas de roles conflictivos, falta de control sobre el trabajo, ambiente laboral poco saludable o conflictos con compañeros o superiores.

Estrés académico:

Afecta a estudiantes y se produce debido a la presión académica, los exámenes, las expectativas elevadas, la competencia, la falta de tiempo para cumplir con las tareas y los desafíos de conciliar el trabajo académico con otras responsabilidades.

Estrés interpersonal:

Surge de las relaciones interpersonales difíciles, como conflictos con familiares, amigos, parejas o compañeros de trabajo. Las tensiones y los problemas en las relaciones pueden generar estrés significativo.

¿Cómo diagnosticar el estrés?

El diagnóstico debe ser evaluado de forma clínica por un profesional de la salud, como un médico o psicólogo. Aunque no existe una prueba específica para diagnosticar el estrés, los profesionales utilizan una combinación de métodos para determinar los síntomas y conseguir la razón que esté afectando negativamente la salud y el bienestar de una persona. Aquí hay algunos enfoques comunes utilizados en el diagnóstico del estrés:

Evaluación de los síntomas:

El profesional de la salud te realizará preguntas detalladas sobre los síntomas físicos, emocionales y cognitivos que estás experimentando. 

Historia médica y entrevista:

El médico o psicólogo te preguntará sobre tu historial médico y psicológico, incluyendo cualquier condición médica preexistente, tratamientos previos y factores de estrés en tu vida. También es importante discutir cualquier evento traumático reciente o cambios significativos en tu entorno personal o laboral.

Escalas de evaluación:

En algunos casos, se pueden utilizar cuestionarios o escalas estandarizadas para evaluar los niveles de estrés. Estas escalas pueden ayudar a medir el grado de estrés percibido y su impacto en diferentes áreas de la vida, como el trabajo, las relaciones personales o la salud física y mental.

Exclusión de otras condiciones:

Es importante descartar otras condiciones médicas que puedan estar causando los síntomas. Algunas enfermedades físicas pueden presentar síntomas similares a los del estrés, por lo que se pueden requerir pruebas adicionales para descartar otras afecciones.

Tratamientos contra el estrés

Manejo del estilo de vida:

Adoptar un estilo de vida saludable puede ayudar a reducir el estrés. Esto incluye tener una alimentación equilibrada, dormir lo suficiente, hacer ejercicio regularmente y evitar el consumo excesivo de alcohol y cafeína.

Técnicas de relajación:

Prácticas como la respiración profunda, la meditación, la relajación muscular progresiva pueden ayudar a reducir el estrés y promover la relajación.

Apoyo social:

Hablar con amigos, familiares o profesionales de la salud puede proporcionar un apoyo emocional importante y ayudar a aliviar el estrés. Participar en actividades sociales y buscar grupos de apoyo también puede ser beneficioso.

Terapia cognitivo-conductual (TCC):

La TCC es una forma de terapia que se centra en identificar y cambiar los patrones de pensamiento negativos o poco saludables, así como en desarrollar habilidades de afrontamiento efectivas. Puede ser útil para manejar el estrés y aprender a enfrentar situaciones estresantes de manera más saludable.

Terapia de relajación:

Algunas terapias alternativas, como la aromaterapia, la musicoterapia, el masaje y la acupuntura, pueden ayudar a relajar el cuerpo y la mente, y reducir los síntomas del estrés, actuando como paliativos.

Ejercicio físico:

El ejercicio regular no solo es beneficioso para la salud física, sino que también puede ayudar a reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo. Se recomienda hacer al menos 30 minutos de actividad física moderada la mayoría de los días de la semana.

Autocuidado:

Es importante cuidar de ti mismo y dedicar tiempo a actividades que te ayuden a relajarte y reducir el estrés. Esto puede incluir ejercicios de respiración, meditación, yoga, caminatas al aire libre, escuchar música relajante, tomar baños calientes, leer un libro o cualquier otra actividad que te proporcione placer y tranquilidad.

Medicación:

En algunos casos, los medicamentos pueden ser recetados para tratar los síntomas del estrés, especialmente si están asociados con trastornos de ansiedad u otros problemas de salud mental. Siempre es importante consultar a un profesional de la salud antes de comenzar cualquier tratamiento farmacológico.

¿Cuándo debo pedirle ayuda a mi profesional de la salud por estrés?

Es importante buscar ayuda de un profesional de la salud cuando el estrés comienza a afectar negativamente tu vida diaria y no puedes manejarlo por ti mismo. Aquí hay algunas señales de advertencia que indican que podría ser el momento de buscar ayuda:

Síntomas físicos persistentes:

Si experimentas dolores de cabeza frecuentes, problemas de sueño, cambios en el apetito, fatiga crónica u otros síntomas físicos relacionados con el estrés que no desaparecen, es recomendable buscar ayuda médica.

Cambios emocionales y de comportamiento:

Si notas que te sientes constantemente irritable, ansioso, deprimido o emocionalmente agotado, y esto afecta tu vida cotidiana, es importante buscar apoyo de un profesional de la psicología.

Dificultades en las relaciones interpersonales:

Si el estrés está causando problemas en tus relaciones con familiares, amigos o compañeros de trabajo, y no puedes resolverlos por ti mismo, puede ser útil buscar la orientación de un psicólogo.

Incapacidad para manejar el estrés por ti mismo:

Si has intentado diversas estrategias para manejar el estrés, como hacer ejercicio, practicar técnicas de relajación o hablar con amigos y familiares de confianza, pero aún así te sientes abrumado y no puedes encontrar alivio, es el momento de buscar ayuda adicional.

Pensamientos o comportamientos autodestructivos:

Si experimentas pensamientos recurrentes de hacer daño a ti mismo o tienes comportamientos autodestructivos como el abuso de sustancias, es esencial buscar ayuda de inmediato.

Conclusión.

El estrés te puede afectar significativamente si no lo controlas, tanto así que puede llevarte a padecer diversas enfermedades como el cáncer, enfermedades autoinmunes o del estado de ánimo. Puede sonar un poco fatalista y hasta exagerado, pero es una realidad que cada vez sufren más personas y no puede disminuirse ni normalizarse, pues el estrés crónico va a avanzar hacia otras patologías y te puedes morir de esto si no tienes control de tu vida.

Para esto es preciso tomarse un tiempo y evaluar cómo estás al respecto, cómo vas llevando tus actividades diarias y cómo te sientes, hacer consciencia y poder emprender acciones concretas, que van desde realizar distintas actividades para distraer tu mente, pasando por la construcción de hábitos saludables, hasta buscar apoyo profesional. Si sientes que necesitas que te ayuden en este proceso, cuenta con nosotros.

Recuerda que en AFECTUS tenemos especialistas altamente calificados en el área, enfocados totalmente a este tipo de problemas.

«El estrés es el veneno más peligroso para el cuerpo y la mente. Libérate de él antes de que te consuma por completo».

Anónimo

Referencias.

  1. Mora, M., & Flores, N. (2019). Estrés y envejecimiento: una revisión de los mecanismos fisiológicos y psicológicos implicados. Revista Iberoamericana de Psicología y Salud, 10(1), 17-31.
  2. Martínez-Abad, F., & Cueto-Martínez, Á. (2020). Estrés y trastornos de ansiedad: una revisión actualizada. Revista de Psicopatología y Psicología Clínica, 25(2), 101-111
  3. Rodríguez-Nogueira, A., & Martínez, A. (2019). Estrés postraumático: una revisión teórica. Revista de Psicología y Educación, 14(1), 59-70.
  4. Alarcón, R., & Rubio, G. (2020). Estrés y enfermedad cardiovascular: una revisión actualizada. Clínica y Salud, 31(2), 85-93.
  5. De la Rosa, M., & Tizón, J. L. (2018). Estrés y trastornos del sueño: una revisión. Revista de Neurología, 67(9), 355-363

«El estrés es el veneno más peligroso para el cuerpo y la mente. Libérate de él antes de que te consuma por completo».

Anónimo